Fedora Workstation corriendo en la Raspberry
Esta semana intenté instalar Fedora 29 Workstation en mi Raspberry Pi. Fedora ARM ofrece imágenes compiladas para procesadores ARM, entre los cuales está la Raspberry Pi 2 y la Raspberry Pi 3. Entre las descargas se ofrecen Fedora Workstation, con GNOME 3, y el Escritorio Plasma de KDE, aparte de otras más ligeras como Xfce o LXDE.
Me pareció divertido que ofreciesen una versión con el entorno de escritorio GNOME 3 para la Raspberry Pi, un dispositivo que apenas alcanza el gigabyte de memoria RAM y que después de todo tiene menos capacidad de cálculo que un smartphone de hoy en día, pero antes de descargar una versión más ligera, como la LXDE, opté por ver qué tal corría GNOME 3 en la Raspberry.
Y el resultado, como era de esperar, era que: mal [léase esta nota hasta el final para entender una posible razón]. Un minuto para arrancar en total, y bastante latencia entre cualquier interacción. Pero me hacía gracia comprobarlo por mi cuenta. Pasada la gracia, quemé LXDE en esa tarjeta SD de una vez. Estaba teniendo últimamente problemas operativos con Raspbian, así que quería reestablecer a una instalación limpia la Raspberry. Y como últimamente y en general, me está dando mucho dolor de cabeza Debian, he decidido empezar a experimentar con otras distribuciones diferentes, como Fedora, por si quisiese hacer algún cambio en la workstation del trabajo.
Como dato extra, al principio también tuve problemas con Fedora LXDE, que después de buscar en Google pude atribuir a que Fedora no hace un resize de la memoria USB durante su primer arranque como sí hace Raspbian, por lo que tras hacer un dnf upgrade y descargar un par de paquetes había llenado el espacio disponible. Las instrucciones para habilitar el resto de la tarjeta están en la web, pero se resumen en hacer un growpart /dev/mmcblk0 3 && resize2fs /dev/mmcblk0p3, y puede que algo más. Hecho eso, me pregunto si debería revisitar Fedora Workstation otra vez, y hacer un resize, por si realmente GNOME me estuviese yendo mal al haberse quedado sin espacio en disco.